14 ene 2021

El régimen modifica el socialismo en Cuba para incentivar el trabajo en medio de crisis

La moneda en Cuba
El régimen modifica el socialismo en Cuba para incentivar el trabajo en medio de crisis

 

Durante más de 60 años, Cuba suministró al menos algo de arroz, leche, frijoles, azúcar, pollo, energía eléctrica e incluso cigarrillos a su gente casi sin costo, independientemente de si trabajaban, lo que permitió a muchos sobrevivir sin un trabajo o depender únicamente de las remesas.

Pero este año, el gobierno está implementando una profunda reforma financiera que reduce los subsidios, elimina una moneda dual que era clave para el antiguo sistema y aumenta los salarios. Espera impulsar la productividad para aliviar una crisis económica y reconfigurar un sistema socialista que aún otorgue beneficios universales, como atención médica y educación gratuitas.

“Es un gran cambio de enfoque para una sociedad que ha vivido y funcionado de una manera durante 62 años”, dijo el economista cubano Ricardo Torres. "Esto envía un mensaje: si quieres estar en una situación bastante cómoda, entonces tienes que conseguir un trabajo".

Los cambios se producen mientras Cuba lucha contra la pandemia, una caída del 11% en el producto interno bruto y la pérdida de lo que el gobierno estima en casi $ 5.6 mil millones como resultado de las sanciones económicas impuestas por el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump.

Hasta el 31 de diciembre, los cubanos pagarían 75 centavos por una canasta mensual llena de 19 productos básicos que incluyen carne, café, huevos y jabón. Ahora eso les costará 7 dólares, según Betsy Díaz Velázquez, ministra de Comercio Interior.

Los servicios de educación y salud siguen siendo gratuitos, y el gobierno seguirá subvencionando la leche para niños de hasta 7 años y proporcionará alimentos a los grupos vulnerables, aunque algunos temen que las reformas generen problemas.

“Aumenta la desigualdad sin que exista un plan concreto para reducirla”, dijo Harold Cárdenas, analista político residente en Estados Unidos que forma parte de un grupo que aboga por una Cuba socialista más democrática. “Sería una exageración decir esto Así termina la aspiración al socialismo en Cuba, pero definitivamente no es así como se logra ”.

Pero dijo que alentar a las personas a trabajar en lugar de desanimarlo "marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso en los próximos años".

Aproximadamente 7 millones de los 11 millones de habitantes de la isla están en edad de trabajar, con unos 2,7 millones parados o no buscando trabajo. Como resultado, no ha sido raro ver a jóvenes jugando dominó en las esquinas, hablando ociosamente con amigos durante horas o saliendo temprano del trabajo.
Las autoridades no han dicho de inmediato dónde encontrarán empleos productivos los ociosos. Prometieron una ley para fin de año que podría alentar a más empresas privadas, pero no han dado detalles de lo que podría implicar.

El cambio inmediato más visible puede ser la eliminación del “peso convertible”, una moneda vinculada al dólar destinada a sacar dinero del exterior que era necesario para comprar muchos bienes, a menudo incluso básicos, difíciles de encontrar en pesos regulares.

Ese sistema de moneda dual introducido en 1994 tenía como objetivo aliviar la crisis causada por la pérdida de ayuda y el comercio subvencionado con la Unión Soviética recientemente colapsada. Pero arruinó las cuentas del gobierno, desalentó las exportaciones y el empleo y financió a empresas estatales ineficientes que ahora tienen un año para demostrar su viabilidad o enfrentar el cierre.

Ahora, solo el peso cubano permanecerá en circulación.
Además, el gobierno está aumentando los salarios, cuadruplicándolos en algunos casos, y elevando el salario mínimo de $ 20 a $ 87 por mes.

Pero pocos cubanos están celebrando el cambio ya que el precio de muchos bienes, incluidos los alimentos y el gas, también se ha disparado. Una libra de arroz solía costar 25 centavos, por ejemplo. Ahora son 7 pesos, un aumento de 28 veces. Los precios del gas para cocinar aumentaron más de 20 veces. Las tarifas de autobús se quintuplicaron.

“No se resuelve nada subiendo los precios”, dijo Lorena Durañón, una estudiante de medicina de 23 años. "Está afectando mucho a la gente".

Hubo tal aluvión de quejas sobre los nuevos precios, especialmente para la energía eléctrica, que las autoridades salieron recientemente a la televisión pública para anunciar una reducción.

La reforma también afecta al floreciente sector privado de la isla, que el gobierno ha ampliado y reducido periódicamente después de su aparición en 1993 y que ha creado unos 600.000 puestos de trabajo desde una importante reapertura en la última década.

“Es difícil porque ya han subido los precios de la materia prima, que ya es cara y escasa”, dijo Isabel Viera, una artesana de 60 años que agotó sus ahorros luego de que la pandemia secó el turismo. "La situación es muy difícil".

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Pese a las preocupaciones, el presidente Miguel Díaz-Canel ha prometido que nadie se quedará atrás. El objetivo, dijo, es garantizar a todos los cubanos una mayor igualdad de oportunidades, derechos y justicia social, no a través del igualitarismo, sino "promoviendo el interés y la motivación en el trabajo".

Fuente: AP

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