El documento decía que estaba en comunión con los obispos de la nación y con San Juan Pablo II, quien, durante su visita en 1998, “nos instó a 'ser protagonistas de nuestra propia historia personal y nacional'”. El llamamiento fue lanzado el 24 de enero. , 23 años después de que San Juan Pablo, predicando en una misa en Santiago de Cuba, lanzó ese desafío a los laicos.

“Dios trabaja con nosotros y nos pide, como le pidió a Moisés, que cumplamos nuestra parte de responsabilidad y libertad”, decía el llamamiento. “Como solía decir San Agustín, 'El Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti'”.

El llamamiento también citó al Papa Benedicto XVI retirado y al Papa Francisco, quienes visitaron la nación insular. Habló de las presiones económicas y políticas sobre los cubanos y de la corrupción sistémica en una sociedad que "hace del 'mercado negro' un aliado indispensable para sobrevivir (en) un entorno dominado por el robo, el soborno y hasta el chantaje".

La sociedad cubana tiene ahora un sistema de los que tienen riqueza y poder, a veces por afiliación política, y los que no. En algunos casos, la única forma de que las familias sobrevivan es separando a los miembros de la familia, dijo.

“La frustración económica y la agotadora lucha diaria por sobrevivir provocan la pérdida de un horizonte moral”, decía el llamamiento. “La familia cubana, centrada en la supervivencia, corre el riesgo de cerrarse a la vida. No pocas veces el anuncio de un bebé, que debería ser motivo de esperanza y alegría, se convierte en motivo de incertidumbre y preocupación, y acaba en aborto ”.

“Estamos viviendo un momento crítico en la historia de nuestra nación. Los intentos oficiales de respuesta revelan que la crisis involucra a la propia estructura de nuestro sistema, que se ha mostrado claramente opuesto a mantener un diálogo abierto y transparente, y promover la violencia verbal, psicológica y física en lugar de buscar un debate realista e inclusivo. , presentando las diferentes propuestas y conduciendo a soluciones invaluables ”, decía el llamamiento, difundido por Aid to the Church in Need USA, parte de la fundación pontificia con sede en Alemania que tiene proyectos en Cuba. Dijo que la apelación tenía más de 700 firmantes al 1 de febrero.

Al señalar que "los gobiernos existen para el pueblo y por el pueblo", dijo que era "el momento de superar la falacia de que debemos estar agradecidos por lo que en realidad son los deberes del Estado". Salud, educación, bienestar social, paz civil, esparcimiento y recreación, democracia y libertad de expresión, entre otros, no son regalos sino derechos, y el estado existe para garantizarlos ”.

El documento pedía un "mejor marco legal", señalando que el país no tenía bufetes de abogados independientes del estado. También pidió la ciudadanía plena para los cubanos que viven en el exterior.

Dijo que la gente necesitaba "entender qué significa la reconciliación nacional".

“Como pueblo, tenemos heridas y conflictos sin resolver. Queremos reconciliarnos para vivir bien y en paz, y esto solo será posible reconociendo la existencia de conflictos y buscando una solución en medio de ellos ”, dijo.

También citó la encíclica del Papa Francisco, “Fratelli Tutti”, que advirtió a la gente que ame a todos, pero que no renuncie a sus derechos ante una persona corrupta poderosa o alguien que degrada la dignidad humana.

Los cubanos deben vaciar sus corazones de odio, luego deben “renunciar absolutamente a la violencia, incluso a la agresión verbal, a la calumnia”, decía el llamamiento.

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“Una nueva Cuba debe ser humana y humanizadora de sus ciudadanos”, dijo, y no debe excluir a las personas. “Un cambio bueno y necesario no es posible si permanecemos divididos. Debemos dejar de lado intereses particulares y pensar en proyectos y objetivos comunes ”.

Fuente: crux now